domingo, 12 de abril de 2009

Ojos negros

El hombre sopló la palma de su mano y el silencio, que estaba a punto de ingresar a la partitura, se fue volando. Brillaba como las alas de una mariposa a la luz del sol. Voló entre las copas de los árboles mientras algunas hojas le hacían cosquillas, pero se fue muy lejos siguiendo una ráfaga de viento que lo llevó hasta el mar. Vió las olas y se maravilló con sus colores, llegó a un puerto lejano y se refugió al anochecer, junto con las gaviotas, en una ventana.
A la mañana siguiente, una niña abrió la ventana y con un soplo de brisa, el silencio entró en su boca. Anduvo callada durante días que se convirtieron en meses. Sus padres intentaron muchas cosas para curarla, pero ella seguía sin hablar. Una tarde, una tormenta la sorprendió. Le dió gripa, y en el tercer gran estornudo, el silencio salió por la ventana por la que la niña contemplaba al mar y se perdió en la lejanía.
Nadie volvió a verlo, pero aquellos ojos negros lo recordarían por siempre y atisbarían en las ventanas por si acaso, un día, decidiera regresar.

Imagen que acompaña de www.lacoctelera.com

7 comentarios:

Ivanius dijo...

El silencio, que desde entonces anduvo de boca en boca, descubrió que, entre todas las posibilidades, lo que menos le gustaba era ser silencio incómodo, y por eso encontró empleo a su gusto en los teatros y salas de conciertos, donde ocupaba puntualísimo un lugar indispensable, justo después de que el anunciador decía: tercera llamada, tercera: principiamos. Gracias a eso ha tenido una vida próspera y feliz... aunque de vez en cuando sueña que aterriza en una hoja pautada, que parece decir: sinfonía inconclusa.

Paloma Zubieta López dijo...

Don Ivanius: ahora sí que usted se ha servido otra historia, jeje... Un fuerte abrazo.

Mara Jiménez dijo...

Comadre: Me has hecho reflexionar... el silencio debería ser mercancía valiosa, para comprarse, venderse, y regalarse... y es verdad, sin silencio, no habría música. Abrazo de harto orgullo y felicidá.

Ramón Arista Reyes dijo...

SAM:
Muy bien se que tienes mucho de bruja... se que las historias que salen de tu enorme baul... parten del espejo original...que viajan por multiples espejos... hasta llegar a los ojos del lector...tambien se que tu originalidad es INCUESTIONABLE... sin embargo, la cantidad de espejos que se reflejan hasta el tuyo es lo que me tiene sorprendido... y es ahi donde me pierdo... estas contando mi historia... la tuya... o el principio de la historia de Ivanius... o una mezcla de todas?... o explad vuestro metodo para "ver" las vidas de los "otros"...(je,je) saludos!!!

Paloma Zubieta López dijo...

Mi queridísima comadre: aquí entre nos, los silencios para mí son un regalo inconmensurable que permiten apreciar el mundo cotidiano de otra manera. ¡Y que viva la música! Besísimos.


Queridísimo Ramón: me sorprenden tus espejos o los espejos que se forman gracias a la lectura de otros ojos. A veces, he contado mi historia pero muchas otras, simplemente estoy soñando, ¿estaremos conectados? No me extrañaría. Abrazo cómplice y besos también.

Pelusa dijo...

Cuentan que cuando un silencio
aparecia entre dos
era que pasaba un angel
que les robaba la voz...
Y hubo tal silencio el dia
que nos tocaba olvidar,
que de tal suerte, yo todavia
no termine de callar...
(Lo siento, desde la primera linea me empezo a rondar esta cancion de Silvio, y no puedo mas que compartirtela)
Saludos!

Paloma Zubieta López dijo...

Queridísima Pelusa: ¡bienvenida a casa! ;o) No había pensado en Silvio, pero ahora que lo dices, seguramente anduvo rondando mi subconsciente porque me encanta... un beso grande.