jueves, 30 de abril de 2009

Las penas con pan son buenas

Para descansar un poco de tanta cosa, nada mejor que dejarse consentir por un sibarita que aparece en El Libro de la Selva y que conocemos como Baloo. Gracias por tanto manjar.


Tostadas de marlin y chuletas agridulces de cordero.

Influenza con humor

No sé de dónde han salido las siguientes imágenes ni conozco a sus autores, pero los ando buscando (cualquier información al respecto, se agradecerá). De momento, pienso que vale la pena reír, aunque sea un poco.

Pandemonio

Ayer. Temprana la tarde y la calle, concurrida. Por la acera camina un hombre maduro que lleva a un niño en brazos. El crío está enfermo y va vomitando. El hombre desfallece porque no hay taxi que pare. Nadie ha querido ayudarle. Todos tienen miedo. ¿Qué habríamos hecho cualquiera de nosotros? Nunca lo sabremos.

Recorrido gráfico por la Ciudad de México en tiempos de epidemia

Siempre se pueden contar muchas historias acerca de los acontecimientos pero creo que en este caso, las imágenes hablan por sí solas. Todas las fotografías fueron tomadas este martes 28 de abril por Carolina De La Peña ©, a quien agradezco, de corazón, la generosidad con este espacio.

Los medios informaron que el consumo de carne de cerdo ha disminuído en un 80%.


Por disposición oficial, todos los restaurantes han sido cerrados y sólo pueden vender comida para llevar.

Puesto de tacos al pastor.

En la peluquería.
En una tienda de autoservicio.

Escaleras del metro.


Carteles en los vagones del metro.
Dentro del vagón.

martes, 28 de abril de 2009

Malas influenZias


Seguro que nunca se nos olvidará. El que una ciudad inmensa como esta permanezca prácticamente en silencio, es algo completamente inusitado; nos hemos transformado en una especie de Comala contemporánea en la que los fantasmas viajamos con tapabocas. Pero conforme los días pasan, los sonidos, que ya eran pocos, disminuyen hasta casi desaparecer. La sensación de vacío impera, el desconsuelo nos invade y los acontecimientos apuntan hacia algo que podemos suponer aunque en realidad, no lo tenemos claro y no hay información por ninguna parte. Dicen que la muerte anda cerca pero no sabemos si creerlo o no. El fin de semana pasamos de la incredulidad a la sorpresa, luego a la confusión, la preocupación y ahora, martes apenas, tenemos rabia y desconfianza. También nos dolemos por aquellos más desprotegidos, por las consecuencias de las malas decisiones y por el impacto tan nefasto que, de pronto, hemos generado ante los ojos del mundo. La impotencia es regla, no hay nada que hacer salvo guardarse en casa y esperar, al menos, a que algo suceda para entender lo que está pasando.


viernes, 17 de abril de 2009

Instrucciones para quitar el aburrimiento

Para Lolila porque sería su cumpleaños.


Tome un lápiz. De preferencia, un HB con experiencia y en plena madurez. Afile despacio su punta hasta que sea más delgada que una aguja del cinco. Tenga cuidado de no equivocarse en el grosor, es importante. Elija un suelo de mármol del color que guste. Enseñe al lápiz, poco a poco, a pararse de puntitas sobre la superficie. ¡No sea bruto y quiera conseguirlo a la primera! Toda enseñanza lleva su tiempo y debe hacerse con la mayor dedicación. No importune al lápiz con amenazas o premios que no vaya a otorgar, sea firme y constante pero con la mayor dulzura. No sueñe con concursos de lápices equilibristas ni menciones honoríficas; recuerde que tampoco se vale hacer trampa. Una vez que el lápiz logre pararse sin su ayuda, vaya aumentando el espacio de práctica hasta llegar a los diez minutos. Mantenga su condición y repita el ejercicio todas las tardes, entre cinco y ocho, que son las horas de mayor rendimiento del lápiz. No se olvide de ajustar las prácticas con el horario de verano. Permita el descanso un día a la semana, verá que el lápiz lo agradece. Cuando complete el año de entrenamiento, póngale nombre y hágale una fiesta. No se le ocurra invitar a ningún bolígrafo, recuerde que los lápices son muy sensibles a las desconsideraciones de sus dueños. A partir de ese momento, usted habrá logrado ser el afortunado poseedor de un lápiz extraordinario y podrá disfrutarlo siempre, solo o acompañado. ¿Qué espera para salir del agobio? ¡Manos a la obra!

Imagen que acompaña de Sebastián Magro © (2009), Sin título, tinta sobre papel.

miércoles, 15 de abril de 2009

Ábaco

Llegué hace tres días, tres meses o tres años. No me acuerdo y creo que no tiene importancia. Desde que estoy aquí se paró el tiempo y como si fueran una crisálida, estas paredes grises cobijan mis sueños. Sólo sé que allá fuera pasa el tiempo por la sucesión de luz y oscuridad en esa minúscula ventana casi pegada al techo por la que no consigo ver absolutamente nada, aunque me trepe en la cama. He procurado contar las hormigas, que en fila recorren uno de los muros, pero siempre al llegar al diez, pierdo la cuenta y debo volver a empezar. Aquí no hay ruidos, aunque a veces creo que en mis sueños alguien grita y se consume. La mayor parte del día cuento cosas en mi cabeza. No me pregunten cuáles, es un secreto que no pienso revelar. Uno, dos... La comida rompe la intimidad porque me distrae de mis andanzas por el mundo y pierdo las cuentas. En el momento me da rabia pero luego, vuelvo a empezar como si nada. Contar me permite estar vivo mientras aguardo a que el tiempo pase y me dejen salir de este cuarto. Me parece que llegué hace seis días aunque podrían ser siete u ocho...

Imagen que acompaña al texto: ábaco maya Nepohualtzintzin, con sistema vigesimal de es.geocities.com/.../nepohualtzintzin.html

martes, 14 de abril de 2009

Conmemorativa


Porque siempre he creído que para saber hacia dónde voy, tengo que recordar de dónde vengo.

Imagen que acompaña de ervdesign.net/blog/?p=298

lunes, 13 de abril de 2009

En el fondo del jardín

Desde que la vió, supo que estaban hechos uno para el otro. No fue fácil acercarse en aquella plaza, donde parecía el centro de todas las miradas pero cuando lo logró y estuvieron parados frente a frente, se contemplaron largamente sin saber qué hacer. El flechazo fue inmediato.
Se volvieron inseparables. Con mucho esfuerzo, construyeron su primera casa donde nació el primogénito y aunque eran tiempos de carestía, pusieron todo su amor en ello. Luego vinieron otros hogares y tres hijos más, a los que criaron con todo el cariño posible. Los hijos se hicieron mayores y se fueron a vivir su vida, pero ellos seguían teniéndose el uno al otro. Se fueron entonces a recorrer mundo y a contemplar todas aquellas cosas que hacían de cada día, una aventura.
El invierno los agarró desprevenidos y ella enfermó. Él la cobijó constantemente pero su respiración se fue haciendo cada vez más liviana, hasta que una mañana, ella no despertó. Él murió de tristeza a su lado. Un hombre los encontró tiesos aunque juntos, en el fondo del jardín. Cavó un hoyo y con cuidado, como si conociese esta historia, depositó ahí a los dos gorriones.

Imagen que acompaña de http://www.okogarten.cl/

domingo, 12 de abril de 2009

Ojos negros

El hombre sopló la palma de su mano y el silencio, que estaba a punto de ingresar a la partitura, se fue volando. Brillaba como las alas de una mariposa a la luz del sol. Voló entre las copas de los árboles mientras algunas hojas le hacían cosquillas, pero se fue muy lejos siguiendo una ráfaga de viento que lo llevó hasta el mar. Vió las olas y se maravilló con sus colores, llegó a un puerto lejano y se refugió al anochecer, junto con las gaviotas, en una ventana.
A la mañana siguiente, una niña abrió la ventana y con un soplo de brisa, el silencio entró en su boca. Anduvo callada durante días que se convirtieron en meses. Sus padres intentaron muchas cosas para curarla, pero ella seguía sin hablar. Una tarde, una tormenta la sorprendió. Le dió gripa, y en el tercer gran estornudo, el silencio salió por la ventana por la que la niña contemplaba al mar y se perdió en la lejanía.
Nadie volvió a verlo, pero aquellos ojos negros lo recordarían por siempre y atisbarían en las ventanas por si acaso, un día, decidiera regresar.

Imagen que acompaña de www.lacoctelera.com

viernes, 10 de abril de 2009

¡Felices vacaciones!


Creación: Santiago Avélica Villada (9 años).