lunes, 1 de marzo de 2010

Invierno

Despierto con el invierno instalado en el cuerpo. Entre mis brumas, siento tu presencia constante: parece que me miras. Conforme el día avanza, me culpo por haberte dejado entrar aunque, en realidad, te colaste solo y furtivo; después, no supe cómo echarte. De pronto, las sombras vuelven, el frío arrecia, comienza a llover. Recuerdo tu voz pronunciando su nombre. Algo se rasga en mi interior. El agua se derrama al llegar la noche. Mientras más silencioso es el amor, más agudo es el grito. Trato de dormir. Sólo quiero olvidar que el sueño terminó: he conocido a tu mujer.












© María Siabala (2007), Casa de Nicolás de Rivera, el Viejo. Invierno en Punchauca, Lima – Perú en:
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