domingo, 31 de enero de 2010

Modernidades

Golpeado por la crisis, el príncipe compró una casa Geo. Indignada ante la ausencia de castillo, la princesa lo mandó a volar para siempre.

4 comentarios:

Pelusa dijo...

Compro una casa Geo y todavia la princesa se queja!
Jajaja! Hay que ver lo mimadas que nos tienen los cuentos de principes azules!
Buenisimo, Paloma. Toda una historia encerrada en un par de frases. No mas hace falta comenzar a leerlas para que la historia, como una pelicula, pase frente a nosotros.
Besos!

Paloma Zubieta López dijo...

Es que por definición Pelusilla, las princesas son caprichosas y algo pedantes (además, las casas Geo son horribles *carcajada*). Menos mal que gustó, mi cabeza anda alborotada y con muchas ideas un poco deschavetadas, veremos qué sigue saliendo, muchos besos mientras tanto.

Ivanius dijo...

Tras renunciar al trono, que sólo le había causado problemas, el príncipe encabezó un proyecto de mejora urbana. La princesa, a quien finalmente alcanzó la crisis, perdió su empleo en el comercio informal, mientras el ex-príncipe se cambió a un domicilio con mejores cimientos y dicen que mejor compañía.

Paloma Zubieta López dijo...

¡Qué bien le fue al príncipe! Y claro, la princesa medio usurpó el papel de bruja detestable en esta historia... creo que esta vez, estamos haciendo fantasy-sincretismo, ¡qué tal! Besos sin interés compuesto, pa' no errarle.