domingo, 24 de mayo de 2009

El sueño del escarabajo

En honor a Gregorio Samsa y a una de sus más fervientes admiradoras, a quién hoy no dejo de recordar. ¡Ah! Y también para V, cuya voz siempre es un abrazo cariñoso que llega en el momento justo.

Con dificultad, trepo por la pared. Todavía no me acostumbro con tantas extremidades y a coordinarlas unas con otras, es por eso que voy dando traspiés y tumbos. Mi cuerpo pesa y al arrastrarme, pareciera que no me quedan fuerzas pero sigo adelante, la terquedad es un motor insuperable. Descubro que también tengo alas y no quiero probarlas, me da vértigo. De pronto, siento un golpe en el lomo. Todo fue muy rápido. Mientras caía miraba el cielo colorearse de grises y no podía pensar. Aturdido al chocar, mi cuerpo cruje. Ahora no puedo moverme y sólo veo sombras a mi alrededor. ¿Todavía estoy vivo? El peso sobre mí es la pata de un cuervo que ha venido a devorarme. Indefenso, me toma con el pico y me traga entero. A partir de ese momento, no recuerdo nada más. Creo que hoy hubiera hecho bien al no levantarme de la cama.



Imagen que acompaña de www.ojodigital.com/.../167620-chrysolina.html.

7 comentarios:

Pelusa dijo...

Uyyy, Palomita! Que triste!
Lo primero que me vino a la cabeza fue la Metamorfosis de Kafka... y el tuyo termina igual de tragico!
Yo soy pro-bichitos...
(me encantan tus inmersiones en otros mundos)
Besos!

Mara Jiménez dijo...

Y es que a veces todos tenemos esta alma terca de insecto, pero creo en el equilibrio de lo grande y lo pequeño... de lo prolífero y lo yermo. Y algunos días, también somos depredadores carnívoros que salen a tragarse el mundo... y así transcurren las vidas... y los recuerdos. Besos comadre.

Paloma Zubieta López dijo...

Mi querida Pelusa: efectivamente, Kafka estuvo por aquí, de visita, y al poner el ánimo me transformé en escarabajo... ¡Gracias por los mundos, estoy en esas! Vuelen abrazos con sus besos respectivos al compás de los grillos del jardín.


¡Comadre! Que casi me hace soltar las de cocodrilo... cuánta razón guardan sus líneas, las llevo en el corazón. Muchos besos de acá.

Ivanius dijo...

... ahora que desperté me pregunto por qué se me antoja desayunar escamoles. Pero lo peor es que mi próxima lectura es Edgar Allan Poe...

Ya se te extrañaba, Paloma. Besos.

Paloma Zubieta López dijo...

Don Ivanius: ni me hable de los escamoles que babeo... acabo de leer a Poe, y con sorpresa también lo redescubrí con gusto, que la disfrute. También extrañaba estar por acá, besos.

ginerale dijo...

¡Yo también he escrito un cuento inspirado en la metamorfosis!
Me gustó muchísimo el tuyo.

Paloma Zubieta López dijo...

¡Qué bien que te gustó, Ginerale! Vuelve siempre, un abrazo.