miércoles, 6 de mayo de 2009

Veinte segundos

Cierra los ojos. Se concentra en el aire entrando por su nariz y que poco a poco, expande sus pulmones para luego contraerlos al salir por el mismo camino. Logra aislarse del mundo y el silencio lo rodea. Siente cómo el corazón bombea rápidamente. Sabe que tiene que tranquilizarse. Procura relajarse empezando por el cuello, luego pasa a los hombros donde descubre algo que le duele -pero no, ahora no debe pensar en eso-, sigue con los brazos y llega a las manos donde estira dedo a dedo. Realiza la misma minuciosa operación con el resto del cuerpo, hasta sentir que cada uno de sus músculos se encuentran sin tensión. Termina en la cara, donde percibe una gota de sudor que baja por la ceja derecha. A continuación, piensa en los movimientos que como película, pasan por su memoria; los ha ensayado numerosas veces y sabe qué hacer y qué no. Inspira lentamente y saca el aire por la boca, está listo. Como un trueno al abrir los ojos, el mundo explota ruidoso y colorido. Cientos de personas lo miran fijamente pero él parece estar en otra dimensión. Sus músculos se tensan, toma la última bocanada de aire y se lanza al vacío acompañando sus movimientos cual bailarina.
Cuando entró en el agua, sabía que ese había sido su mejor clavado.

Imagen (detalle) que acompaña en proyectokitsch.blogspot.com/2007/12/de-cuando....

8 comentarios:

Lena dijo...

Paloma...
Para mí, fué... Exactamente como subirme al escenario..
Gracias!
Besos de chocolate!

Mara Jiménez dijo...

Refrescante chapuzón necesario en esta calurosa primevera que nos ahoga, y no nos permite ir a las munucias de las acciones heróicas que duran 20 ó 25 segundos. Fresco escrito, lleno de concentración... me voy a nadar... beso comadre, y medalla de oro por este clavado perfecto.

Ivanius dijo...

Digresión total. Inevitable recordar (sobre todo tras el comentario de Mara) aquello de: "Afuera el aire malo, adentro el aire bueno, afuera el aire malo, adentro el aire bueno".

Eso sí: Después de leer en este espacio no podré decir que me acaban de timar, de estafar, de engañar y de robar. Aunque no me hayan visto la cara.

Abrazo.

Paloma Zubieta López dijo...

Lena hermosísima: *nótese mi sonrisota* sea usted bienvenidísima a este espacio. Ahora que lo pienso, sip, pudiste también haber sido tú, gracias por descubrirlo. Te dejo un fuerte abrazo con sabor a café recién hecho y un par de cucharadas soperas de besos cariñosos *carcajada sin fin*.


Querida comadre: ¿tanto se nota que se me antoja el agua? Jeje... Efecto colateral del clima. Llevo su medalla en mi corazón, muchos besísimos.


Don Ivanius: no fue tal la digresión, porque sí que viene al cuento sin tanta complicación. He soltado una carcajada, ¿la oye? ¡Qué cosas se le ocurren! Besos y gracias por la fidelidad a este sitio que jamás lo timaría.

Pelusa dijo...

Pues yo ya estaba sumergida en mi relaaaaax despues del yoga matutino y de pronto: splash!!!
Refrescante, sin duda.
Besos!

Paloma Zubieta López dijo...

Carcajada... ¡menudo chapuzón, Pelusa! Un beso y aquí tenemos una toalla para tí, faltaba más.

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Yo, por mucha concentración que logre, siempre entro con la panza.
Un saludo

Paloma Zubieta López dijo...

¡Hola Antonio! No le digas a nadie, pero yo también... Gracias por pasar por aquí, un saludo.