domingo, 18 de enero de 2009

Silencio

Hoy, pienso desde temprano
que el silencio son todas las palabras que no dije.
Frase de un querido amigo de María W. Gracias a ambos, de corazón, por su generosidad.

Ella tejía sueños como cada noche. Al volver, él se sentaba a su lado mientras bebía una cerveza. Era mucho más lo que se decían con el silencio que con las palabras. Una simple mirada y ambos lo sabían todo del otro, sin tapujos ni vacilaciones, ya no había necesidad de desvestirse bajo la luz amarillenta que emergía de la lamparita. La mayoría de los gestos, por milimétricos que fuesen, eran entendidos con precisión.
Un día, él no volvió. En un principio, ella se sintió desconcertada y lloró mucho, hasta que la fuente se secó. Después, más serena, descubrió que podía seguir tejiendo como si él estuviese allí: el silencio era el mismo. Comprendió que hacía mucho que no se necesitaban y que sólo la fuerza de la costumbre los había mantenido juntos. Al saber que nadie más ahondaba en sus profundidades, se liberó y fue feliz.
Los años pasaron y una noche de otoño, él regresó. Al verle, ella sabía que estaba arrepentido y que quería que lo disculpase. Ella ya no era la misma y no tuvo que explicarle nada porque él se dio cuenta de todo. Él se fue derrotado por donde había llegado y arrastrando su maleta; ella siguió feliz tejiendo sueños en silencio, a la luz de la lamparita.

Texto que acompaña a la imagen Silencio (2008), de María Wernicke.

9 comentarios:

Unknown dijo...

No hay que dejar de tejer sueños. La felicidad a veces son otras cosas y hay que seguir viviendo con lo que se tiene. Recordé a Penélope, a Serrat. Y fue lo que tuvo que ser.
Un besoooo.

Paloma Zubieta López dijo...

Mucha razón tienes, siempre hay que tejer (por eso ella siguió, feliz en esas) y como bien apuntas, hay que vivir con lo que se tiene, que varía en cada momento. ¿Penélope? Tienes razón, otro beso pa' allá.

Anónimo dijo...

Ea, que silencio no es sólo callar. También es tomar aliento.

Mara Jiménez dijo...

¿Y qué hubiera pasado si hubiera soltado las agujas para mirarlo, para perder la costumbre de tejer siempre? Quizás él se hubiera quedado, o a lo mejor se hubiera ido más rápido al desconocer esa mirada tanto años guardada detrás de las agujas. Hay cosas sin remedio, ¿verdad? *¡Suspiro!*

Paloma Zubieta López dijo...

Querido Ivanius: o decir, a según. Lo que más me gustó es el mar de posibilidades, un beso.

Comadre: buena sugerencia, habría que explorar otros caminos... jeje... pues mira, según algunos, lo único que no tiene remedio es la muerte, y no es que me ponga fúnebre, sino optimista. Un abrazo pa'l suspiro.

Unknown dijo...

Rompo el silencio y agrego un comentario más esperando nuevo post. Avisemé o dé un grito pero no se me quede así, en silencio, tejiendo sueños que no podemos ver ni con la luz de una lamparita, ni con dos.

Beso para vos.

Paloma Zubieta López dijo...

Nop, Máximo, que es como decía Ivanius: estoy tomando aliento. En cuanto me reinvente, te avisaré, y procuraré que sea pronto. Desde mi rincón, te mando un beso cariñoso hasta tu esquina, por todo.

Anónimo dijo...

Es bueno saber que él público fiel de este espacio encuentra elegantes maneras hasta para solicitar nuevos asombros. Tomamos aliento, pues, y que con él llegue la paciencia para unos y la inspiración para otra. Abrazo.

Paloma Zubieta López dijo...

Pues ya somos tres así, querido Ivanius, tomando aires y teniendo paciencia... supongo que mis musas se fueron con las de Máximo por ahí, pero en poco se les acabarán los viáticos porque no llevaban tantos como para estar lejos de casa mucho tiempo... ¡carcajada! Abrazo y besos.