El hombre en monociclo vigila el cielo del mediodía. De su cabeza-techo salen modernas antenas medidoras de fenómenos naturales, como el dimensionómetro gaussiano. El gato a sus pies parece adormilado pero, de pronto, le vemos tenso y comienza a maullar: ha oído la señal. Con todas las antenas funcionando a un tiempo, el hombre consulta la guía de emergencias universales para cerciorarse de la correcta interpretación del fenómeno. ¡Alguien cruzó la barrera espacio-temporal! Una mueca de horror transforma su cara al comprender las implicaciones y, sin dilación, enfila hacia la torre a la vez que emite un boletín urgente en clave binaria para todos los interesados.
9 comentarios:
Jo! Es un gran principio! Pero algo me dice que nos vas a dejar con la duda de lo que pasa después, ¿verdad?
Y llegó a la torre, donde el aprendíz había desaparecido? Je. Más, queremos más, comadre.
mmm, interesante, interesante.
Querido Chimichambo: has dado en el clavo: sip, todo a su tiempo... besos.
Mara hermosa: ¡ajá! Usted sabe de esto, ¿no? No coma ansias, llegará el momento...
¡Bienvenida, Malquerida! Es un placer haber captado su atención, un abrazo desde el bosque.
Palomita... he leido los tres minirelatos de una vez y apostaria que son parte de algo mas grande... Podrias (si no lo estas haciendo ya) trabajar en redondear ese mundo que vas creando a poquitos, no?
Muy buenos!
Doña Pelusilla: sip, vamos poquito a poco, saboreándolos, jeje... ahora pongo uno más. Besos minuteros ;o)
Escondido entre las ondulaciones del camino, un fuego fatuo acecha, pues fue comisionado para vigilar que el secreto de su naturaleza, ese que les ha dado fama de misteriosos y elusivos a todos los de su especie, no sea descifrado por observadores casuales armados de imaginación y ciencia.
Eso se llama buscar el equilibrio, don Ivanius, aunque recuerde que ni tantas ciencias, aquí hay de todo. Le extrañaba, besos.
el tercero de los aplausos!!!!
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