viernes, 14 de agosto de 2009

Sueño cuarto: desde el laboratorio

Pa’ Lolila, por el maravilloso tiempo compartido y también, por el que nos fue robado.

En este lugar, apartado del error humano, la clave es la precisión: hay un tiempo para todo. Aquí se ordena el Universo, nomás es cuestión de ensamblar cada minuto con los segundos correspondientes. Los relojes coordinan los acontecimientos en forma milimétrica y el relojero se encarga del mantenimiento. Cuando sucede la explosión, el laboratorio se transforma en un caos de engranes rodando por el piso. Un vórtice de tiempo perdido sale volando sin control por la ventana. En la consola parpadea una luz roja, señal de que llega un boletín urgente pero ni el relojero ni su gato pueden recibirlo: ambos fueron absorbidos por un agujero negro que ahora, se expande sin límites.



Remedios Varo (1955), El relojero en: eraseveraseera.blogspot.com/2007_12_01_archiv...

7 comentarios:

Pelusa dijo...

Uy! Eso siempre me ha dado mucho miedo... alli donde todo se controla los mas minimos desajustes suelen ser catastroficos...
Besos gatunos!

Paloma Zubieta López dijo...

Usté tranquila, Pelusilla, pero tienes toda la razón... miauuuu (que quiere decir *besos*).

Ivanius dijo...

En el despacho de los hombres grises, un telegrama transmitido desde la Estación Éter da cuenta del exitoso -dicen- desenlace del atentado. A pesar de ello, se rumora que las consecuencias no han sido benéficas para la causa de los devoradores de tiempo.

Paloma Zubieta López dijo...

¡¡¡¡Ah!!!! Qué bonito es que traiga a don Ende a cuento, querido Ivanius. En realidad, en esta época, no tenían idea de los hombres grises aunque ellos, como siempre, acechaban desde la oscuridá.

Mara Jiménez dijo...

Voy siguiendo este mundo... ¿a dónde irán los minutos perdidos? Sigo, que estoy atrasada.

Paloma Zubieta López dijo...

No está atrasada comadre, la estábamos esperando... su ausencia fue un tiempo en pausa, así de sencillo, un besote.

LicCARPILAGO dijo...

el cuarto de los aplausos!!!!