lunes, 3 de agosto de 2009

Apocalíptica

Llovió torrencialmente durante muchos días. Al inicio, las calles se convirtieron en canales y los habitantes se trasladaron a vivir en las azoteas. Luego, los grillos se multiplicaron y sólo se oía su canto incesante hasta que fueron devorados por los sapos. El agua fue sumergiéndolo todo y el silencio volvió a reinar. Cuando escampó, un lago había vuelto a aparecer en su antiguo lecho y ya nadie se acordaba de la Ciudad de México que, cual Atlántida, pasó a formar parte del imaginario colectivo.

Imagen que acompaña del Lago de Texcoco en: rafaelvillegas.typepad.com/babel/2007/03/la_a...

8 comentarios:

Pelusa dijo...

Palomita!
Que regreso!! Y yo que me acabo de leer el cuento "Los Advertidos" de Carpentier...
Besos!!!

Ivanius dijo...

Cuentan los viejos que, en las noches de luna llena, a veces es posible captar bajo las aguas una sombra, un rumor como de estridencias ahogadas, un ruido que la leyenda dice provenía de un extraño instrumento llamado "claxon"...

Paloma Zubieta López dijo...

Queridísimos dos: hermosa aparición cuasi simultánea (nomás porque se que el Ivanius sigue en este continente, si no, sospecharía que se fue a visitarte, jeje... aunque en realidad, no lo sé). Pues sí, reconectando con la pluma y el mundo, con un tono un poco exagerado (ni por acaso semejante al de tu cuento, Pelusita) pero pletórico de buenos deseos... ¿Han oído mi carcajada sobre los claxon? El punto es que, como siempre, es un placer tenerlos por aquí, besos mil por dos.

Pelusa dijo...

Ya me gustaria! (la visita, digo)

Paloma Zubieta López dijo...

No digas eso, Pelusita, que cualquier día, suena el timbre de la puerta pues ganas no le faltan, y pensándolo bien, a mi tampoco ;o)

Ivanius dijo...

¡Amén!

Mara Jiménez dijo...

Hoy no, comadre. Hoy no puedo pensar enq ue se me desaparezca esta ciudad, porque habría de volverme anfibio... hoy no sé vivir en otro lado, ayer, si y mañana, quizas... pero hoy que regreso tan ajada... no por fa!!!!

Paloma Zubieta López dijo...

*carcajada* Disculpe usté comadre, haga de cuenta que no pasó nada de nada. ¡Bienvenida! Besos hartos.