Para Lolita Fernández, con mucho cariño.Apenas oscurece, se sienta a la mesa donde una hoja en blanco espera. Prende la máquina de colores primarios y, cuando la paleta está llena, moja con delicadeza la plumilla que sale de su corazón-violín e inicia el trazo. En la otra mano sostiene una lupa para descomponer los rayos lunares. Las horas fluyen mientras dibuja con pericia golondrinas que salen volando por la ventana, hacia el amanecer. La mujer búho esponja su plumaje al sentir frío en los pies desnudos, es tarde. Apaga la máquina, guarda la lupa, lava paleta y plumilla. Después, cierra las ventanas de la torre, se acurruca y duerme. Afuera, el sol ya se anuncia.
Fotografía de Laimagendelmundo (2008), sobre obra de Remedios Varo (1957), La creación de las aves en: flickr.com/photos/laimagendelmundo/2893846390/.
4 comentarios:
... y en la otra dimensión, una mano decide finalmente que sí, otra vez dejará prendida la luz un rato... por lo que pueda ofrecerse.
¿Dónde habita, Palomita? No, no la mujer buho... tu plumilla ligera llena de talento... que re gonito, comadre!!!
¡No, no, Ivanius! No hable de la otra dimensión porque ya va a ver... léase el siguiente baticapítulo pa' que me entienda. Eso sí, la luz prendida se agradece con tanta oscuridá, un besote.
Mi Mara querida: ¿se refiere usté a mi plumilla aquella que hacía acrobacias? ¿A poco no se ha sofisticado? ;o) Hartos besos sonrojados.
el primero de los aplausos!!!!!
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