jueves, 16 de octubre de 2008

Punto cero


Arraigada a la tierra y a las costumbres del suelo en que nació, creció a trompicones, abriéndose paso entre las demás, ahora con las uñas, luego un poco con los dientes y siempre, con más tenacidad que certezas. Lo suyo fue un ejemplo de seguir hacia delante para aferrarse a lo que se cree imposible, a lo que se sueña y se consigue transformar en realidad. En este pasar de los años, cambiaba y se convertía en algo con más sustancia, más definido. Era un crecer constante tratando de alcanzar la luz del sol, por encima de otras, aprovechando cada resquicio para colarse y de nuevo, seguir en el camino gracias a la puritita casualidad de estar en el lugar justo a la hora precisa. Fue madurando y logró que se le asentaran los colores y las formas, se volvió más fuerte al conocer sus fragilidades y más sosegada al entender sus debilidades. Se refinó y adquirió transparencia y claridad, peso y valor. Comprendió su esencia y se la jugó toda en una para el futuro, que tarde o temprano la alcanzaría. Hubo un día en que vio la costa aproximándose; sabía que estaba cerca y se preparó para salir. Como Venus, surgió victoriosa, hermosa y con gran estruendo por entre la espuma y las olas. Aquella tarde sentí que, a pesar de ser la primera vez que trazaba dicha idea en mi cabeza, ella siempre había formado parte de mí.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Bravo!
Qué prolífica resultó la dichosa gripita...
Al leer esta entrada me encantó considerar que hay ideas niñas, otras tantas son ideas adolescentes, definitivamente... y en fin, que en las diversas etapas por las que pasan -muchas de ellas abortadas, claro- es maravilloso tomarlas como parte del 'sí-mismo', como bien señalas.
Ojalá las que estén gestándose en tantos seres lleguen maduras y ciertas pronto, con los tiempos que corren bien que nos vendría...
Abrazos.
Y más textos.

Paloma Zubieta López dijo...

Menos mal, respiro aliviada. Es que hay menos mocos y las ideas comienzan a fluir. ¡Que se formen tus ideas: van a entrar en el salón! A estas horas, las mías no han acabado de espabilarse pero te mando besos por en cuanto...

Mara Jiménez dijo...

¡Qué bueno que fuiste capaz de vivir esta experiencia de vida a pesar de sentirte medio muerta con tu gripe amiga! Es incerible lo que nos sorprende la anturaleza día con día,... bueno, a aquellos que la escuchamos atentos. Un beso.
Mara

Paloma Zubieta López dijo...

Mi Mara: a ratos una ni sabe de lo que es capaz, pero salta al vacío de cualquier manera para ver qué pasa. Por eso las flores que acompañan, porque necesitaba del color y la luz para sentirme viva. En fin, lo que quede de mì (espero), llegará a la isla de la fantasía por la noche... Muchos besos y hasta entonces.

Anónimo dijo...

Sin duda, en el jardín de la vida hay todo tipo de brotes. Y todos, tarde o temprano, dan su fruto en el mismo huerto.

Paloma Zubieta López dijo...

¡Cuánta razón tienes! Seguiremos pues, cosechando los frutos que de momento, ofrece la temporada en este jardín. Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

Una venus preciosa!
Estas son las bellas cosas que siempre queremos que formen parte de nosotros.

Paloma Zubieta López dijo...

Es de esas venus que salen por tus mares, ¿a qué no? Besos.