martes, 18 de agosto de 2009

Interludio

En el comedor del que salió la mujer búho, se encuentra un gato dorado que juguetea tranquilamente con las manos que salen de las paredes. Al sonar un chasquido repentino, el gato se queda quieto y alerta mientras sus bigotes comienzan a recibir vibraciones desconocidas provenientes de la mesa del desayuno. Cual sortilegio, una fuerza invisible surge a partir de la vela en el centro de la mesa que hace girar todos los objetos. Con un ritmo delirante, se escuchan platos que chocan en el aire y frutas que explotan mientras el torbellino crece hasta llenar la habitación. Para entonces, el gato ha escapado y permanecerá escondido hasta que pase la extraña tormenta que circula por el mundo.












Remedios Varo (1963), Naturaleza muerta resucitando en: magicovaro.blogspot.com/

lunes, 17 de agosto de 2009

Sueño sexto: una mañana muy rara

La mujer búho despierta en forma inusual y molesta: su ritmo circadiano ha perdido la noción del tiempo. El exceso de luz le produce desconcierto y no se percata de que el frío agudo, ocasionado por la ausencia de plumas, recorre la piel ahora casi desnuda. Desganada, se sienta a la mesa del desayuno cuando suena el timbre. Un mensajero quiere hablar con el Maestro y pasa a su lado sin prestarle atención. También aparecen la Bruja Mayor y el hombre en monociclo; después, llegarán otros más. Intrigada, los sigue por los pasillos hasta la sala del Maestro donde los ánimos están caldeados y se habla de cosas increíbles que ella, sencillamente, no consigue entender.










Fotografía de Laimagendelmundo (2008), sobre obra de Remedios Varo (1958), Visita inesperada en: http://www.flickr.com/photos/laimagendelmundo/2893005105/in/photostream/

sábado, 15 de agosto de 2009

Sueño quinto: desde el observatorio

Desde hace miles de años, un grupo de colegialas -cuidadosamente seleccionado- borda el manto terrestre que cubre la faz del planeta e inventa todos los paisajes conocidos. Bajo la supervisión de expertas, la tarea está sincronizada por el jarro de tiempo y el manto se genera según las necesidades. Sin embargo, esta mañana algo ha salido mal y las chicas observan con ojos desorbitados al manto que, frenético, se borda y se deshace sin ayuda alguna. Como el fenómeno es inaudito y la Bruja Mayor salió temprano convocada a una reunión de emergencia, el consejo resuelve desconectar la jarra de tiempo y desalojar el edificio pues teme que se produzcan superficies oprobiosas a causa del desarreglo.


Remedios Varo (1961), Bordando el manto terrestre en:

viernes, 14 de agosto de 2009

Sueño cuarto: desde el laboratorio

Pa’ Lolila, por el maravilloso tiempo compartido y también, por el que nos fue robado.

En este lugar, apartado del error humano, la clave es la precisión: hay un tiempo para todo. Aquí se ordena el Universo, nomás es cuestión de ensamblar cada minuto con los segundos correspondientes. Los relojes coordinan los acontecimientos en forma milimétrica y el relojero se encarga del mantenimiento. Cuando sucede la explosión, el laboratorio se transforma en un caos de engranes rodando por el piso. Un vórtice de tiempo perdido sale volando sin control por la ventana. En la consola parpadea una luz roja, señal de que llega un boletín urgente pero ni el relojero ni su gato pueden recibirlo: ambos fueron absorbidos por un agujero negro que ahora, se expande sin límites.



Remedios Varo (1955), El relojero en: eraseveraseera.blogspot.com/2007_12_01_archiv...

jueves, 13 de agosto de 2009

Sueño tercero: desde el bosque

El hombre en monociclo vigila el cielo del mediodía. De su cabeza-techo salen modernas antenas medidoras de fenómenos naturales, como el dimensionómetro gaussiano. El gato a sus pies parece adormilado pero, de pronto, le vemos tenso y comienza a maullar: ha oído la señal. Con todas las antenas funcionando a un tiempo, el hombre consulta la guía de emergencias universales para cerciorarse de la correcta interpretación del fenómeno. ¡Alguien cruzó la barrera espacio-temporal! Una mueca de horror transforma su cara al comprender las implicaciones y, sin dilación, enfila hacia la torre a la vez que emite un boletín urgente en clave binaria para todos los interesados.


Remedios Varo (1957), Vagabundo en: thisishopewell.wordpress.com/.../

miércoles, 12 de agosto de 2009

Sueño segundo: también desde la torre

Pa’ Gon, por motivar mi búsqueda más allá de las estrellas.

El joven aprendiz de astronomía estudia el fenómeno de ingravidez con un modelo a escala de la Tierra y su satélite. Desvelado, se distrae con las golondrinas que vuelan cerca de la ventana y, por descuido, genera otra dimensión. Cuando descubre el distorsionado marco de referencia, recuerda que el Maestro advirtió al respecto con voz grave: no puede pasar jamás pues atenta contra de las leyes del Universo. Sin embargo, el daño está hecho y ahora debe arreglar el estropicio. Abandona con rapidez la habitación para buscar ayuda. Su mayor torpeza fue salir por la puerta equivocada.


Remedios Varo (1963), Fenómeno de ingravidez en: www.lehman.edu/ciberletras/v08/Fenomeno.html.

martes, 11 de agosto de 2009

Sueño primero: desde la torre

Para Lolita Fernández, con mucho cariño.

Apenas oscurece, se sienta a la mesa donde una hoja en blanco espera. Prende la máquina de colores primarios y, cuando la paleta está llena, moja con delicadeza la plumilla que sale de su corazón-violín e inicia el trazo. En la otra mano sostiene una lupa para descomponer los rayos lunares. Las horas fluyen mientras dibuja con pericia golondrinas que salen volando por la ventana, hacia el amanecer. La mujer búho esponja su plumaje al sentir frío en los pies desnudos, es tarde. Apaga la máquina, guarda la lupa, lava paleta y plumilla. Después, cierra las ventanas de la torre, se acurruca y duerme. Afuera, el sol ya se anuncia.

Fotografía de Laimagendelmundo (2008), sobre obra de Remedios Varo (1957), La creación de las aves en: flickr.com/photos/laimagendelmundo/2893846390/.

Zapatero a tus zapatos

Cada vez que encuentro porno en la tele, me ocurre lo mismo. Primero, me fijo en los modelos de lencería y, a veces, en las locaciones. Luego trato de descubrir a las mujeres operadas y con celulitis o si el galán está pasado de kilos, al tiempo que me sorprendo con lo incómodo de las poses. En general, termino saturada de gemidos falsos y pasión inexistente en escenas repetidas. Lo mío es lo erótico, sugerente e imaginativo y, con seguridad, más real. Me pregunto si a esta industria le convendría adoptar un enfoque diferente. Supongo que no; está claro que no tengo visión de comerciante.

Fotografía de Gatochy (2006) sobre obra de Utamaro Kitagawa (1750-1806), Beauty in front of Mirror; en: www.flickr.com/photos/gatochy/276379967/.

sábado, 8 de agosto de 2009

Atardecer en el lago

El día languidece y el corazón del bosque se llena de vida. Una ardilla devora bayas sobre un tocón, las mariposas revolotean por doquier y los tordos saltan de rama en rama. La luz se cuela entre las hojas mecidas por la brisa y varias chicharras cantan. Casi en el margen del lago, vemos una mujer sobre la tumbona. Parece que duerme, pero nos sorprende al abrir los ojos, diminutos, en los que se dibuja el sol a punto de ocultarse. Sus cabellos grises enmarcan un rostro delicado y dulce, lleno de arrugas. Contempla absorta cómo la tarde se acaba en este pequeño paraíso. El cielo explota en tonos de rojo y naranja; ella esboza una sonrisa. La vemos mover los labios como si conjurase un hechizo pero no logramos distinguir qué es lo que dice, ha hablado muy bajo. Observamos que tiembla cuando el viento la acaricia y cómo se cubre las manos con una manta. A lo lejos, un trueno anuncia que pronto lloverá. Cuando no hay casi luz, la mujer se eleva y en las alturas, desaparece. La manta queda sobre la tumbona y el silencio invade el escenario: el ciclo se ha cumplido.

Fotografía de © Jesús Eduardo López (2009), Atardecer entre las ramas en Uxmal.

martes, 4 de agosto de 2009

Prioridades

No le importó sentir cómo las piernas se hinchaban ni la frecuencia con que le dolían las articulaciones; tampoco se fijó en el dorso manchado de sus manos ni en la piel, cada vez más arrugada y seca. Le tuvo sin cuidado saber que el vestido le quedaba holgado, que los zapatos se habían vuelto muy incómodos y que la vista comenzaba a fallarle. Lo único que la hizo reconsiderar su decisión fue cuando la cuadrilla de obreros quiso llevarse el banco en el que estaba sentada, arguyendo que ningún tren volvería a pasar por aquellas vías. Ese día, Penélope comprendió que era inútil continuar la espera y se marchó a casa con la intención de reorganizar sus prioridades.

Fotografía que acompaña de ljndr (2008), Andén de la Estación de ferrocarril Gral. Belgrano en Mercedes, Provincia de Buenos Aires en www.flickr.com/photos/ljndr/3094133006.

lunes, 3 de agosto de 2009

Apocalíptica

Llovió torrencialmente durante muchos días. Al inicio, las calles se convirtieron en canales y los habitantes se trasladaron a vivir en las azoteas. Luego, los grillos se multiplicaron y sólo se oía su canto incesante hasta que fueron devorados por los sapos. El agua fue sumergiéndolo todo y el silencio volvió a reinar. Cuando escampó, un lago había vuelto a aparecer en su antiguo lecho y ya nadie se acordaba de la Ciudad de México que, cual Atlántida, pasó a formar parte del imaginario colectivo.

Imagen que acompaña del Lago de Texcoco en: rafaelvillegas.typepad.com/babel/2007/03/la_a...

domingo, 2 de agosto de 2009

Rincón de la arquitectura surrealista

Me llegaron estas imágenes por correo (gracias, Jelis) y creo, son dignas de compartir. Probablemente sean mexicanas por el toque creativo, pero como no sabemos nada de ellas, nos quedaremos con la curiosidad. Espero que las disfruten.