domingo, 29 de marzo de 2009

Despertares

Abrió los ojos y la luz los inundó, dejándolo ciego por unos instantes. Pestañeó un par de veces hasta que sus pupilas se pudieron acostumbrar. Tenía apetito y estaba incómodo. Una mancha roja flotaba suspendida en el aire. Trató de tomarla con las manos pero quedaba muy lejos de su alcance, por mucho que se estirase. Cansado de su posición, intentó girarse pero no lo consiguió. Estaba casi inmóvil, desesperado y un hambre atroz le quemaba las entrañas. Miró con desdén aquella figura roja que se balanceaba sobre su cabeza. Sintió que las tripas rugían pero se distrajo de nuevo con las cortinas que ondeaban en la ventana. Pasaron varios minutos que le parecieron eternos, luego el estómago volvió a quejarse y miró alrededor, estaba solo en aquel cuarto. ¿Lo habrían olvidado? Quiso llamarlos pero las ganas de comer se arremolinaron en la garganta y no emitió sonido alguno mientras la angustia de no poder cambiar de posición lo hacía todo más difícil. Juntó fuerzas y aire, y de su boca salió un quejido que se convirtió en llanto fiero. La puerta se movió y una mujer entró apresuradamente. En cuanto lo tomó en brazos, el pequeño calló. Sabía que ahora todo estaría mejor.

Fragmento de imagen que acompaña en xarleen.wordpress.com/2008/04/17/he-vuelto/

5 comentarios:

Pelusa dijo...

Lindo! Nunca se me habia ocurrido ponerme en la piel de un bebe!

Ivanius dijo...

En el quicio de la puerta, más o menos a un metro setentaicinco centímetros del suelo, dos ojos y una sonrisa inevitable contemplan la gozosa escena, que no por repetida deja de ser clásica: dos manos que se elevan al cielo y otras dos que reciben y abrazan. El llanto no llegó a ser: en su lugar, aparece ese murmullo melódico conocido por todos como canción de cuna.
Entonces, papá regresa despacito a su despacho, apaga la luz y vuelve para tomar, ahora sí, su lugar en esa "miniatura de familia".

Lindo retorno, Paloma. Ya se te extrañaba. Abrazo.

Paloma Zubieta López dijo...

Querida Pelusa: a mí tampoco... Gracias y besos.

Ivanius querido: me gusta la precisión de la altura ;o) Gracias por todo y muchos besos.

Mara Jiménez dijo...

Palomita: Me transportas en el tiempo, no tan atrás como el protagonista, un poco menos como la que abre la puerta. Me ENCANTÓ la sorpresa que me esperó paciente y sin prisas al final de tus líneas. ¡Qué bueno que estás cerquita!

Paloma Zubieta López dijo...

Mara queridísima: ¡qué lujo el de ser máquina del tiempo! *risas* Muchos besos, cerquitísimos.