miércoles, 9 de septiembre de 2009

Sueño undécimo: la sinfonía universal

Para Walter Grüen por aquella jornada inolvidable

Dicen que nada ocurre por casualidad pero pensar así sería determinista. El libre albedrío humano posibilita que algo suceda de una manera u otra: una golondrina desorientada entra por la ventana y choca contra un estante; como consecuencia, una esfera metálica rueda por el piso y, sin saber porqué, el Maestro elige recogerla. Al tomarla entre las manos, se transmiten las vibraciones y la sinfonía universal se articula en la cabeza del Maestro, que corre a escribir las notas antes de que se le olviden. Después, el Flautista interpreta la melodía y conforme la música fluye, el mundo conocido se reestructura poco a poco. Las dimensiones se separan de nuevo y ya sin alteraciones, todo vuelve a la normalidad.



Remedios Varo (1955), El flautista en: cosmicmanik.blogspot.com/2006_12_01_archive.html

5 comentarios:

Ivanius dijo...

El Maestro decidió correr, porque descubrió que la apariencia metálica de la esfera era sólo el reflejo del astrolabio de plomo en una burbuja de jabón. El aroma a limpio fue lo que desencadenó lo demás: la verdadera sabiduría está en el orden. Si no, ¿para qué los alquimistas contratan ayudantes que aseen (con las debidas precauciones) sus laboratorios?

Paloma Zubieta López dijo...

Era aroma a pino, don Ivanius... *carcajada*. Nomás a usté se le ocurre algo semejante a estas horas... Y me voy a dormir segura de que esta vez he dejado todo muy limpio, burbubesos.

Mara Jiménez dijo...

Yo espero que no, que las cosas recobran OTRA normalidad, nunca la misma... espiral dialéctico dijo primero Hegel y luego el otro, que se saben el nombre... pero espiral, para nunca volver al mismo lugar, y así dejar que nos invada el aprendizaje... ¿Se puede, Comadre?
UN beso enooorme y gracias por la "compartción".

Pelusa dijo...

Me encanto la serie de "casualidades" que orquestaron el orden nuevamente... Aunque coincido con Mara. No hay un minuto identico al anterior.
Un beso

Paloma Zubieta López dijo...

Tanto Mara como Pelusa tienen razón y en ningún momento quise contradecirlas. Por eso dije que el mundo se reestructuraba y volvía a la normalidad... para mí lo importante es el cambio que hay en el interior (el viaje interno que siempre se emprende, en cualquier historia), como ya se ve... Pero, sip, comadre, ¡espiral dialéctico! Besos bien grandes para ambas.