jueves, 19 de febrero de 2009

Lágrimas negras (Postal para Locombia)

El mar me invade desde las profundidades y por las yemas de algunos dedos, el agua comienza a desbordarse en lágrimas negras. El problema de inundarse son las goteras del alma: hay que tener cuidado para que no se escurra aquello que no queremos perder, como la buena costumbre de llevarte dentro. Si de perderme se trata, mejor quiero que sea en ti, en tus verdes colinas, en tus sabores y olores de ciudad y no en esa parafernalia que algunos llaman vida.
Me apareces en tu carta, verdosa y fluida o en tus propias palabras "probando destino y tentando suertes, y todo lo contrario". No tengas miedo, hace más frío aquí que en tu guarida tropical del hemisferio de allá, donde las estrellas son otras aunque sean las mismas. Veo la tierra cobriza dibujada en tu piel sembrada de alebrijes, sombreros vueltiaos y un chinchorro que sé que llevas bajo el brazo, por si te sorprende la noche fuera -como casi siempre-. Ya tienes tres tierras y sin importar donde estés, siempre habrá al menos dos que abandones y que reclamen ausencias, es la ley de la no ubicuidad a la que estamos sujetos sin previo aviso.
Sobre el agua te deslizas suave como trajinera, con tu caracol a cuestas, hacia otro punto de la metrópoli para un nuevo encuentro con el pasado que nunca se fue, que se quedó a fuerza de deseos. Ahora, estás llena de lluvia por fuera y también por dentro, porque sientes que la extrañas y porque sabes que está lejos de tus manos, nunca de tu corazón. Me da rabia no estar ahí pues quisiera arroparte con un manto de estrellas pero como estoy un poco lejos, tendré que hacerlo con un sarape de líneas húmedas -that's what friends are for-. A la luz de las velas, trato de imaginarte rodeada de verdes y de lluvia, procuro soñarte sonriente y mojada en tu ciudad, que con los años se ha ido convirtiendo en la mía a pesar de no haberla pisado nunca y sé que sólo entonces, puedo dormir tranquila sabiéndote feliz.

Imagen que acompaña de http://iroel.files.wordpress.com/2007/06/20060816093241-lluvia.jpg

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo con los sentidos se detecta la vida. Las ausencias son señal de que los recuerdos tampoco están inertes. Únicamente un corazón que late (quiero decir, que se encoge y se expande) está vivo. Lo malo, sin embargo, de las añoranzas, es que casi todas las veces son concretas: por eso me parece inexacto llamarlas solamente sentimientos. También por eso, a la amistad que cobija a través de ráfagas eléctricas, se le agradece (casi siempre) que sepa enviar toques (sutiles, bruscos, suficientes) para reanimar un corazón nuevamente iluminado, para que con esa nueva luz descubra que su casa no está lejos: sólo se ha vuelto más amplia.

Bravo, Paloma. Mejor lágrimas negras que páginas blancas. Ya se te extrañaba.

Paloma Zubieta López dijo...

¡Don Ivanius! (usté, acá y yo, allá al mismo tiempo, que casualidá). Que bueno que le gustó mi acompañamiento musical y que, compartimos la idea de que los recuerdos no son inertes. Cierto con lo de las añoranzas, por eso yo prefiero las saudades con más tesituras y posibilidades. También los extrañaba nomás que la vida no me soltaba, pero aquí sigo dando electroshocks pa' quien le haga falta re-animarse. Besísimos.

Mara Jiménez dijo...

palomita: leyendo a ritmo de vallenato esta entrada, me recuerd y me reafirmo la entrega de la que eres capaz desde el podio de la amistad que regalas bondadosa y vasta. Segura estoy de que desde muchas esquinas y muchos rincones de la tierra se te extraña y se te valora. Un beso. Mara

Paloma Zubieta López dijo...

{{Se me atoró la emoción, comadre, gracias y muchos besos}}

Alejandra dijo...

Bravísimo!!!
Coincido completamente con Mara.
Un abrazo inmenso, mi querida Palo!

Paloma Zubieta López dijo...

Mi Ale queridísima: otro bien, bien grande desde acá, con besitos de chocolate.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Un remanso de palabras, en una prosa poética llena de sensibilidad, llena de hallazgos felices en casi versos...enhorabuena y un abrazo de azpeitia

Paloma Zubieta López dijo...

Azpeitia querido: ¿qué puedo decir? Feliz de saber que te ha gustado, vuelve siempre, otro abrazo y (espero no cometer una burrada ortográfica) muchos musus.