miércoles, 31 de diciembre de 2008

Querencias

Los cariños son como las cajas, los hay de todos los tamaños, formas, colores y texturas pero siempre, saben a pan recién horneado. Hay cariños huracanados que llegan y arrasan con todo a su paso; otros son como tenue lluvia que, de poco en poco, acaban por empaparnos. Hay cariños efímeros como flores del desierto y también, aquellos pasajeros de estación; hay los que rompen las barreras de los años, e incluso, los que sobreviven a la muerte. Hay cariños que huelen a claveles, otros a colonia Sanborn's, otros a Shalimar; a veces llegan con aires de sardinas fritas y torrijas, otros de mole negro y pisto manchego, de chuletas de cordero con alioli, pero las más, de merengues rellenos con crema de nata. Hay quienes buscan un cariño toda su vida, hay quienes lo encuentran en cada esquina y hay los que lo otorgan en cada sonrisa. Hay cariños que se contornean al ritmo del fandango, o de las jotas, o de los sones, la bossanova y el merengue, hay cariños que unen los corazones al cantar y otros, tímidos, que ni siquiera se atreven a bailar. Hay cariños que ladran y otros que maúllan, otros son silenciosos o estruendosos, unos te abrazan temprano por la mañana y otros, te llaman por la noche. Hay cariños que soñamos y otros que vivimos, hay cariños que guardamos bajo nuestra piel. Hay cariños que aumentan y otros que disminuyen hasta que de pronto, se pierden sin ruido alguno; también los hay que se congelan y un buen día, salen a flote de nuevo. Hay cariños que no sabíamos que teníamos hasta que un día, vienen y nos sorprenden, y se instalan en medio de la fiesta. Hay cariños desnudos y otros, recubiertos de acero con relleno de gelatina; hay los que tocan a la puerta y los que entran sin avisar. Hay cariños en una escuela con una casa blanca, y en un castillo y en otra escuela frente a la fuente y en otra más que tenía un puente y que hoy tiene una biblioteca, hay cariños familiares y cariños en edificios con nombres de letras, también de facultades y cafeterías, y en los séptimos y cuartos pisos. Hay cariños del norte y de las montañas, otros allende el mar y la luna y todavía, más allá, en el Universo. Hay cariños de carne y hueso, otros también, pero a los que nunca hemos conseguido abrazar y otros a los que nunca, logramos conocer. Hay tantos y tantos cariños que hoy, a todos ellos, quiero agradecer por llenar mi corazón de tanta cosa buena.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nótese: las querencias, variadas o semejantes, siempre lo son cuando son correspondidas. Que cariño sin cariño a cambio es desperdicio, o mero ejercicio de preparación para verdaderas querencias, que a veces hallan sustento en las letras.
Abrazo.

Gwynette dijo...

Que post tan completo !..tantos cariños hay? :-)

Me ha encantado !!!

Besitos

Paloma Zubieta López dijo...

Ivanius: por lo menos esta vez, no hay duda que las letras fueron las causantes de la reunión y de las querencias. ¡Brindo por eso!

Paloma Zubieta López dijo...

Hay de otros, pero la lista amenazaba con volverse más larga. Lo cierto es, Gwynette, que de pronto descubro que tengo corazón de condominio... ¿Alguna preferencia por el número de apartamento?

EL.ESKRIBIDOR dijo...

Estupenda, Maravillosa sorprendente, extraordinaria, asombrosa, soberbia, chocante, y portentosa, sucesión de metáforas

Estupenda, Maravilloso sorprendente, extraordinaria, asombrosa, soberbia, chocante, y portentosa, sucesión de metáforas

con cariño
Concariño

Paloma Zubieta López dijo...

Eso sí, aunque ya lo has descubierto, te lo aviso Eskribidor: soy un poco repetitiva. Me gustó del sexto adjetivo en adelante... jeje... un abrazo.